Los niños están sentados en el suelo, haciendo un círculo entre ellos. La profesora da una frase y la historia comienza a desarrollarse: cada uno de los alumnos contribuye con una palabra que va haciendo crecer la narrativa. Los chicos se entretienen y empiezan a añadir elementos al cuento; princesas, dragones, batallas. Todos quieren aportar con su creatividad.
Se trata de uno de los juegos didácticos que se enseñan en la educación primaria. El objetivo es el desarrollo del lenguaje y la imaginación, además de la expresión de emociones. “Plantea que mediante la actividad lúdica el niño afirma su personalidad y desarrolla habilidades de pensamiento. El juego permite construir nuevos significados y con eso aprender de una forma más entretenida”, explica Natalia Salas, directora de Pedagogía Media de la Universidad Diego Portales (UDP). Cynthia Adlerstein, académica de la facultad de Educación de la Universidad Católica, apunta a que “está científicamente reportado y comprobado que este método estímula el desarrollo cognitivo de los niños”.
La denominada pedagogía del juego es una metodología que busca formas de enseñanza que entretengan y estimulen el aprendizaje. Se utiliza principalmente en primaria, ya que para los niños más pequeños jugar es cotidiano y aprovechar ese tiempo para estimular el aprendizaje les es útil para él futuro. Pero no sólo en pre-kinder o kinder se puede realizar; en la enseñanza básica, media e incluso superior, enseñar con didácticas entretenidas, puede beneficiar mucho a los alumnos.
Según Salas, la experta de la UDP, existen tres características vitales en esta pedagogía: el que sea una actividad placentera y divertida, ya que esto se une con factores afectivos y emocionales que son fundamentales en el aprendizaje. La segunda se refiere a que jugar es una experiencia de libertad donde se explotan elementos cognitivos relevantes, como el reconocimiento de reglas que permite autonomía como jugador. La última característica es que se trata de un proceso de motivación intrínseca: “Parte de una disposición interna de aprender, lo que hace que deseen participar e involucrarse con el aprendizaje a través de los otros”, señala Salas.
El resurgimiento de esta enseñanza para Adlerstein indica que “estamos en una sociedad de la información que se ha ido dando cuenta que el juego potencia el aprendizaje”, y agrega que “también en la universidad y con profesionales se está haciendo esto, para que se enfrenten a diversos desafíos. El juego es una forma de aprender para todas las personas de todas las edades”.